El pasado día 10 de mayo, los alumnos de 1º de bachillerato, acompañados por su tutor Francisco Tascón y por la profesora Esther Testera, acudieron al Monasterio de la Conversión en Sotillo de la Adrada (en plena sierra de Ávila) en el que convive una comunidad de monjas agustinas dedicadas a la oración y el servicio a los demás.

La organización de la convivencia, tanto en sus temas como en su estructura y tiempos, estuvo a cargo de seis jóvenes componentes de la comunidad, que trataron de trasmitir a nuestros alumnos su propia experiencia de vida, su opción radical por un Dios personal, vivo y cercano que –según comunicaban con toda la alegría y felicidad que viven y ofrecen- ya forma parte indispensable de su existencia diaria.

La novedad de conocer a un grupo de jóvenes (casi todas estaban entre los 20 y 30 años) que dejaron sus pretensiones tras sus estudios universitarios, sus relaciones personales (algunas nos contaban que habían tenido novio), sus apegos familiares… simplemente tras la vivencia personal del encuentro con Dios, produjo una impresión sorprendente en nuestros adolescentes.

Ellas viven su fe desde el interior personal -cada una con su propia experiencia radical- y compartida con el resto de la comunidad. Cuidan muchísimo los tiempos de oración y liturgia, así como lo que ofrecen a los que van a visitarlas, bien sea en una convivencia, bien en grupos de reflexión o durante los tiempos litúrgicos fuertes, como el Adviento o la Pascua.

Fuera de las dinámicas de trabajo y reflexión, también hubo tiempo para el ocio y la alegría. No faltaron las risas y bromas en un ambiente agradable y de sano intercambio -tal vez un poco influenciados por esa alegría de vivir que ellas mismas son capaces de trasmitir-, pues la reflexión y la búsqueda del sentido y coherencia personal no se identifica con lo triste o con lo rotundamente grave y circunspecto.

La experiencia mereció la pena, a pesar del largo y a veces pesado viaje en autocar, y de la madrugada que ello supuso.

Un buen día, lleno de experiencias personales y de momentos especialmente agradables en el compartir.