Se acercan los exámenes finales, y qué mejor forma de coger fuerzas que disfrutando unos días en Roma con la mejor compañía.

Aunque más que coger fuerzas , las hemos gastado. Han sido unos días muy intensos.

Mientras todo el mundo dormía en sus casas, los alumnos de 2º de Bachillerato emprendimos nuestro viaje hacia Roma, nuestra excursión de fin de curso. 

 

 

Después de un cansado trayecto y con escasas horas de sueño, por fin llegamos a nuestro destino. Dejamos nuestro equipaje en el hotel, y con mucha prisa y ganas, visitamos la Roma Imperial. El tiempo no nos acompañó, pero mereció la pena ver el Coliseo y el Foro. Fue una visita a nuestra memoria histórica pasada por agua. Por la noche disfrutamos de una cena todos juntos en Trastévere, una zona muy bonita.

Al día siguiente dimos un paseo por la Roma Barroca. Nos hicimos fotos en las zonas más emblemáticas de la ciudad, como la Fontana de Trevi, donde ninguno de nosotros se quedó sin tirar una moneda. La plaza de España, Vía del Corso, plaza Navona...Sin olvidarnos del Panteón de Agripa (aunque este es clásico) ni de las esculturas de Bernini repartidas por la ciudad, como la fuente de Tritón o la de los cuatro ríos. Por la tarde disfrutamos de tiempo libre, y pudimos dar un paseo por la ciudad y hacer compras para llevarnos a España un bonito recuerdo.

En nuestro tercer día en Roma, visitamos los museos Vaticanos, 34 km de longitud que terminan en la esperada capilla Sixtina, la obra maestra de Miguel Ángel. Aunque en ella también trabajaron otros pintores renacentistas como Botticelli, Perugino, Pinturichio... Una de las escenas que más nos impresionó fue la Creación de Adán, así como la representación del Juicio Final. En las demás salas de los museos Vaticanos también pudimos contemplar algunas de las obras escultóricas más representativas de la historia, como Laocoonte y sus hijos o el Apoxiómeno en un intenso recorrido por las salas de los museos.

Pero nuestra visita al Vaticano no termina aquí. Un grupo, acompañados por la profesora Esther Testera, nos animamos a subir a la cúpula de la basílica de San Pedro, desde donde pudimos disfrutar de las impresionantes vistas de la ciudad.

La experiencia llegaba a su fin, pero antes de irnos pudimos visitar las iglesias de Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pietro in Víncoli, donde una vez más, Miguel Ángel nos impresionó con su Moisés en la sepultura del papa Julio II .

Durante el viaje de vuelta no hicimos más que descansar y recordar lo bien que lo habíamos pasado. Ahora toca aterrizar...

Marina Simón, Beatriz Ruiz y Alonso Sánchez 

                          2º Bachillerato