Entre el 19 y el 26 de marzo pasado, 27 alumnos de 2º-ESO de los que cursamos Francés, más 3 compañeros de 3º que han querido repetir,  hemos tenido la oportunidad de viajar a Antony (París) y realizar un intercambio con la “Institution Sainte Marie”. Ha sido una experiencia inolvidable.

Para algunos de nosotros ha sido nuestro primer viaje en avión; para todos ha sido nuestra primera ocasión de viajar solos a otros país, convivir en una familia y desenvolvernos en otra lengua para comunicarnos. A la llegada a “Sainte Marie” nos recibió el Director General con unas breves palabras de bienvenida, se nos entregó el programa detallado de la semana y, por fin, conocimos a nuestros correspondientes franceses. Estábamos bastante cansados del viaje y nerviosos porque todo era novedoso. Y así nos fuimos cada uno a nuestra “nueva casa”.

En los días siguientes las actividades fueron muchas, variadas y… siempre con prisa: rápidos al metro, ágiles en los transbordos en estaciones inmensas donde la gente camina a toda velocidad, lugares repletos de turistas con prisas… Realmente no es como en Valladolid !

El primer día lo comenzamos viendo un documental sobre la historia de París, visitamos la Ópera Garnier y dimos un paseo en el “bateau mouche” por el Sena. En los días siguientes hicimos juegos de pistas en la catedral de Notre Dame, en el Palacio de Versalles, en la ciudad de Antony, y un juego de orientación en el “Parque de Sceaux”. El Louvre nos dio la mala noticia anulando la visita programada y sin dar razón alguna, no obstante paseamos junto a su pirámide y alrededores.

En el mercado de frutas y verduras de Antony hicimos una actividad lúdica y muy simpática: en pequeños grupos fuimos identificando productos de los muchos que se ofrecen, descubrimos otros nuevos, ¡cuántos quesos!, y tuvimos la suerte de comprar y comer deliciosas crêpes.

Hemos disfrutado de los picnics en Trocadero, frente a la impresionante Torre Eiffel,  en los jardines de Versailles, junto con nuestros correspondientes y en el parque Sceaux.

El domingo y las tardes del miércoles y del sábado, cada alumno lo ha pasado con su familia de acogida y el alumno francés correspondiente:

hemos tenido que aprender a desenvolvernos mucho tiempo seguido pero hemos disfrutado.

El lunes, día 26, llegábamos a Valladolid agotados y emocionados, casi sin tener aún conciencia plena de todo lo vivido en esta semana frenética. El intercambio no acaba, porque todos los alumnos debemos realizar un diario sobre esta gran experiencia.

Y además: ¡a esperar con emoción hasta el próximo curso a nuestros correspondientes!

Gracias a nuestro colegio que nos ha permitido disfrutar de este momento. Ah! y hemos paseado orgullosos el lazo de nuestro 150 aniversario                         

Elsa y Sofía