El estudio matemático del mejor ángulo de tiro en baloncesto, la reinterpretación de obras clásicas con los cánones de belleza actuales, propuestas para mejorar el rendimiento de la agricultura en época de sequía o la creación con inteligencia artificial de una aplicación capaz de recomendar películas y series al usuario. Todos estos son ejemplos de los productos finales que se han elaborado este curso en el desarrollo del Proyecto de Investigación Personal (PIP) que llevan a cabo los alumnos de 1º de Bachillerato.
Se trata de un proyecto que los alumnos deben abordar a lo largo de todo el curso, con el acompañamiento de un profesor, para formarse en los sistemas de trabajo y aprendizaje que necesitarán en sus futuros estudios y en el ámbito laboral y que no están contemplados en la docencia más tradicional. Los futuros científicos, artistas, deportistas o empresarios trabajan sobre la creación de joyas, medidas para dinamizar el ámbito rural o la física cuántica, según sus intereses. Y tienen que aprender a fijarse objetivos concretos y cuantificables, a crear productos que respondan a especificaciones, a organizar el tiempo de trabajo a largo plazo, a seleccionar fuentes fiables, a recoger y validar información, a defender su trabajo ante un tribunal y, en definitiva, a usar las metodologías de trabajo que suponen un desarrollo real de sus competencias.
Puede parecer un proyecto muy ambicioso, pero curso tras curso estos alumnos demuestran que pueden superar los límites de las clases más tradicionales, y agradecen, tras el esfuerzo, todo lo que son capaces de aprender de un reto así. ¡Y todos agradecemos los sorprendentes productos que nos ofrecen!