El pinar de Antequera, nuestro laboratorio privado

Otro año más el grupo de ciencias de 4º ESO se va a embarcar en el estudio y análisis de dos ecosistemas, el de pinar y el de ribera, dentro de la asignatura de Biología y Geología. 

Este proyecto tiene múltiples aspectos:

  • Se hace un estudio de los seres vivos que los componen y sus relaciones.
  • Se realiza un experimento sobre la humedad del suelo y se toman muestras.
  • Se busca demostrar la ley de autoaclareo.
  • Se realiza un herbario, secando plantas que se toman allí.
  • Se hace una estimación de la población de pinos.
  • Cada grupo diseña un experimento que llevará a cabo en estos ecosistemas

Para poder realizar todo se hacen 4 salidas durante el curso escolar en las diferentes estaciones ,lo cual permite ver los cambios y adaptaciones de los seres vivos a ecosistemas muy diferentes.

Así que, bien pronto por la mañana nos dirigimos a Puente Duero con todos nuestras herramientas. Una pala y bolsas para tomar muestras de tierra, cuerdas para hacer muestrear organismo y más bolsas para recoger las plantas. Por supuesto,no puede faltar el almuerzo para media mañana.Llegamos a Puente Duero, y bien abrigados nos dirigimos a la playa del Corso donde empezamos a tomar muestras de plantas de ambos ecosistemas. En la playa descubrimos incluso las heces de una nutria. En seguida nos distribuimos por el pinar y se empiezan a tomar muestras de tierra y a desplegar las cuerdas.

Mientras hacemos todo este trabajo de campo ,vamos viendo bastantes setas, incluso un círculo de brujas, restos de conejos, ardillas, jabalíes y picos picapinos. Los profesores recorremos los grupos de alumnos solucionando dudas.

Sin sobresaltos pasa la primera parte de la mañana. Almorzamos al sol de noviembre, que nos sorprende porque el tiempo se prometía inestable y ventoso, y resulta muy agradable. La segunda parte de la mañana pasa también sin más tomando más muestras y midiendo perímetros de troncos para calcular su biomasa.

Para el final de la jornada todos ya son capaces de reconocer el musgo estrellado, protegido por ley, y así, con una hora y lugar acordado para la vuelta, regresamos cansados pero contentos con nuestros datos y muestras a nuestras espaldas.

Al llegar pesamos nuestra tierra con agua y la ponemos a secar, y ponemos nuestras plantas en la prensa con periódicos para que se sequen y hacer nuestro herbario. En unas pocas semanas la tierra estará seca, bajaremos al laboratorio y empezaremos a tratar todos esos datos que cogimos, a identificar las plantas con guías, desentrañar variables y trazar gráficas con hojas de cálculo. ¡Todo un reto!