Durante los primeros nueve días de octubre un grupo de alumnos de 4º de la ESO hemos estado en Montélimar, una pequeña población del sudeste francés, hospedados en las casas de nuestros correspondientes franceses y conviviendo con ellos. 

Durante nuestra estancia el colegio ha preparado una serie de actividades y visitas que se realizaban durante la mañana para volver a estar con nuestros correspondientes sobre las cinco de la tarde aproximadamente.

El primer día, el colegio Marguerite Duras organizó un pequeño desayuno de bienvenida al que podían asistir padres y alumnos. Después, visitamos el mercado de la ciudad donde tuvimos que hacer preguntas a los vendedores con el fin de practicar el vocabulario propio. El dia siguiente estuvimos en el colegio haciendo juegos de presentación para conocernos mejor los unos a los otros; los alumnos de 5ème (1º de ESO) y unas mujeres de una ONG local, “Burkin‘amitié”, nos presentaron el proyecto solidario del colegio. Más tarde nos dividieron en grupos y asistimos a algunas clases que estaban teniendo lugar en ese momento: Español, Historia, Matemáticas...

Durante el intercambio hemos pasado bastante tiempo en familia. Durante el fin de semana, por ejemplo, hemos ido cada uno con nuestra familia y han sido unos días con actividades muy diferentes, según las que cada familia tenía preparadas para nosotros. Este tiempo nos ha ayudado para establecer una relación más íntima con nuestro correspondiente, conocerlo mejor y utilizar la lengua francesa en un entorno real. 

Hemos visitado muchos lugares de interés turístico, entre ellos destacan las visitas a las ciudades de Lyon y Avignon, el castillo de Grignan o el pont du Gard. El castillo de Grignan fue una visita guiada donde disfrutamos de unas increíbles vistas y tuvimos ocasión de bailar un “minué”. En Avignon comenzamos subiendo a “su puente” de la canción infantil, fuimos al palacio de los papas: una visita audioguiada con unas tablets con las que se interactuaba por las diferentes salas, fue uno de los sitios más bonitos del viaje. Más tarde tuvimos tiempo libre para pasear por la zona centro de la ciudad. 

Sin lugar a dudas, el lugar más destacable que hemos visitado ha sido la enorme y bonita ciudad de Lyon. Allí pudimos disfrutar de una visita guiada por la espectacular ciudad antigua y tuvimos tiempo libre para comer y hacer unas pequeñas compras: souvenirs, regalos, ropa...

La conclusión final es que ha merecido mucho la pena: por lo aprendido, las personas conocidas, el acercamiento a otra cultura y nuestro crecimiento en autonomía personal.

Alejandra Rodríguez y Pablo Simón.