¿Cómo podemos personalizar el aprendizaje de nuestros alumnos fomentando su autonomía, adaptándonos a los diferentes ritmos y que a la vez todo ello resulte atrayente y motivador?

La educación,  hoy en día, continuamente nos está sorprendiendo con nuevos términos, corrientes o metodologías que tienen como objetivo principal ayudarnos en la tarea de educar a nuestros alumnos. Este es el caso de las estaciones de aprendizaje, una metodología por la que desde el colegio y más concretamente desde infantil hemos apostado este curso y en la que nos hemos sumergido de lleno. Pero…¿por qué esta y no otras de las muchas corrientes metodológicas que circulan hoy en día por los “manuales del buen educador"? 

La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1998) defiende que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia, entendida esta última como la “capacidad de solucionar problemas o elaborar bienes valiosos”. En las estaciones de aprendizaje se le ofrece al alumnado la posibilidad de brillar, de solucionar sus propios conflictos cognitivos,  de ser autónomo, de sentirse importante y reforzar su autoestima, en definitiva, ser el protagonista de su propio aprendizaje.

Las estaciones de aprendizaje son espacios en los que los alumnos trabajan solos y con sus compañeros usando materiales específicos del área para explorar y expandir sus capacidades. Un lugar donde la variedad de actividades refuerza o extiende el aprendizaje, sin el control del docente, y donde las relaciones interpersonales se refuerzan creando un clima de trabajo y ayuda.

Este curso, las aulas de infantil se han convertido en espacios versátiles, en lugares llenos de materiales, colores, texturas, pero sobre todo de posibilidades de aprendizaje. En definitiva,un lugar donde los alumnos DISFRUTAN A TOPE.